jueves, 12 de julio de 2012

AFASIA



La afasia es un desorden del lenguaje producido por daños en un área específica del cerebro que controla la comprensión y expresión del lenguaje, y deja a una persona incapacitada para comunicarse efectivamente con los demás.
En la mayoría de las personas, la afasia se presenta si el daño se produce en el lado (hemisferio) izquierdo del cerebro.
La afasia ocurre repentinamente, a menudo como el resultado de un accidente cerebrovascular o traumatismo encéfalocraneano, pero también se puede desarrollar lentamente, como en el caso de un tumor cerebral.                         
El trastorno deteriora la expresión y comprensión del idioma, así también como de la lectura y escritura.
La afasia podría presentarse en conjunto con otros trastornos de habla, como la disartria o la apraxia del habla, que también son resultados de daño cerebral.
Suele clasificarse en afasia de expresión o afasia receptiva o de comprensión.
El término afasia fue acuñado en 1864 por el médico francés Armand Trousseau. Significa falta de comunicación por el lenguaje y proviene de a —falta— y phasia —palabra—. Se trata, según la definición de Trousseau, de un estado patológico que consiste en la pérdida completa o incompleta de la facultad de la palabra, con conservación de la inteligencia y de la integridad de los órganos de la fonación.
Podríamos simplificar la diversidad de definiciones de afasia describiéndola como una afección que degrada la capacidad de lenguaje a causa de lesiones en las áreas corticales del lenguaje o en las rutas de asociación cerebrales. La afasia expresiva afecta al lenguaje hablado, mientras que la afasia receptiva afecta a la interpretación y memoria del lenguaje.
¿Cómo se produce la afasia?
Como ya lo mencionamos, las afasias son producidas, generalmente, por accidentes cerebrovasculares —los que en la actualidad constituyen el 75 por ciento de los casos— dando origen, por embolias o trombosis, a lesiones circunscritas. También son causales de afasia los tumores cerebrales y los traumatismos craneales —los que pueden clasificarse en fracturas abiertas o contusiones cerebrales más o menos difusas—, así como pueden existir causas degenerativas demenciales —como Alzheimer, Pick, u otros— o infecciones, como la meningoencefalitis.
La aparición de la afasia es, por lo general, brusca y es la consecuencia de un accidente cerebrovascular o de un traumatismo craneano. Según su severidad, se le determina una graduación que va de cero a cinco, donde cero corresponde a un estado grave —en donde el afásico (el que padece la afasia) no puede hablar ni comprender lo que se le dice—, y cinco, a un estado en que el paciente tiene mínimos deterioros observables en el habla, pudiendo presentar dificultades subjetivas no evidentes para el interlocutor.

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