El pensamiento es la
actividad y creación de la mente;
dícese de todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del
intelecto. El término es comúnmente utilizado como forma genérica que define
todos los productos que la mente puede generar incluyendo las actividades
racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de
naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos,
racionales, creativos, artísticos, etc. Para muchos tratadistas el pensamiento
estratégico de una institución es la coordinación de mentes creativas dentro de
una perspectiva común que les permite avanzar hacia el futuro de una manera
satisfactoria para todo contexto.
De otro lado podemos decir que el
pensamiento estratégico conlleva a prepararse y estar en condiciones de recibir
muchos desafíos futuros, tanto los previsibles como imprevisibles en materia de
oportunidades perfectamente articuladas.
Un adecuado pensamiento estratégico
debe partir siempre de la misión de la entidad la que a su vez se proyecta a
una visión de futuro incorporando valores, basados en las variables de la
realidad, en la mística y en la cultura organizacional la que debe
materializarse tácticamente, mediante la información y los conocimientos,
articulando opciones.
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